9/01/2014



                                                                     LECTIO DIVINA 
                      SOBRE LA CARTA DE SAN PABLO A LOS COLOSENSES 1, 15-20                  
                                                      (Autor: Jhon Walter Montoya Sierra)

MARCO TEOLÓGICO:
HIMNO CRISTOLÓGICO
“Cristo es la imagen visible de Dios, que es invisible; es su Hijo primogénito. Anterior a todo lo creado. En Él, Dios creó todo lo que hay en el cielo y en la tierra, tanto lo visible como lo invisible, así como los seres espirituales que tienen dominio, autoridad y poder. Todo fue creado por medio de Él y para Él. Cristo existe antes que todas las cosas, y por Él se mantiene todo en orden. Además Cristo es la cabeza de la Iglesia, que es su cuerpo. Él, que es el principio, fue el primero en resucitar para tener así el primer puesto en todo. Pues en Cristo quiso residir todo el poder divino, y por medio de Él, Dios reconcilió a todo el universo ordenándolo hacia Él, tanto lo que está en la tierra como lo que está en el cielo, haciendo la paz mediante la sangre que Cristo derramó en la cruz”

1° - La statio (preparación) Disposición del cuerpo y el espíritu.
“Amado Dios, te imploro me muestres tu verdad de lo que quieres que entienda con esta lectura de tu palabra, coloco este texto con amor entre mis manos como si fuera un tesoro, con mi cuerpo te digo aquí estoy, y con mi corazón limpio, humildemente te invoco Espíritu Santo de Dios, para que te hagas presente con tus dones de entendimiento, sabiduría y consejo, todo lo anterior te lo pido por el poderoso nombre de Jesucristo tu Hijo, nuestro Señor, Amén”

2° - La lectio (lectura)                                           
Después de leer y releer este texto de la Escritura, pongo de relieve sus elementos fundamentales, así como también resalto las palabras que mas me impresionaron, relacionando los signos, los verbos, las acciones, los sujetos, los sentimientos expresados y las palabras clave; todo esto con el fin de hacer que esta lectura, considerada quizá como muy conocida, se me muestre como nueva. También coloco este texto en el contexto más amplio de los artículos próximos a él y del conjunto general del libro, para comprender mejor, qué es lo que quiere decir.
“Imagen visible de Dios” ; “Todo fue creado por medio de Él y para Él” ; “Cristo existe antes que todas las cosas” ; “Por Él, se mantiene todo en orden” ; “Él es el principio” ; “Por medio de Él, Dios reconcilió a todo el universo” ; “Haciendo la paz, mediante la sangre que Cristo derramó en la cruz”.
(Los fieles de Colosas, se hallaban turbados por dos clases de seductores: los unos les enseñaban a mezclar con el Evangelio, las ceremonias del judaísmo; los otros a acercarse a Dios, mas no por Jesús-Cristo como mediador, sino por los ángeles, a los cuales daban ellos esta cualidad u oficio, según los principios de la filosofía platónica. San Pablo desde Roma, donde se hallaba preso, les escribe para desengañarlos de tales errores; y les da después excelentes reglas para su conducta).

3° - La meditatio (meditación)
Es necesario que me responda a mi mismo las siguientes preguntas: ¿Que valores perennes tiene para mí, este texto? ; ¿Qué me dice a mí? ¿Qué mensaje referido al aquí y ahora, propone este pasaje con la autoridad que le da el ser Palabra del Dios vivo?
Jesucristo es Dios, y siempre ha existido, y es la relación correcta para llegar a Dios Padre; si queremos conocer a Dios, debemos conocer entonces primero a Jesús, pues si Él es la imagen visible de Dios, significa que es exacto a Dios, y es al mismo tiempo Creador y engendrado por el Creador, es un misterio hermoso de amor, ese Dios amor que es el Espíritu Santo, que también nos ama, y que al amarnos nos une a su esencia divina y nos hace también imagen y semejanza suya.

4° - La oratio (oración)
Señor ! hazme comprender qué valores permanentes de este texto me faltan. Hazme captar cuál es tu mensaje para mi vida! ; permiteme encontrar esa relación correcta en mi vida, para ser verdadera imagen y semejanza tuya, que así como quien veía a Jesús veía al Padre, quien me vea a mí vea en mí a Jesucristo.

5° - La contemplatio (contemplación)
Permiteme Señor detenerme con amor en el texto; más aún, quiero pasar del texto y de su mensaje, a la contemplación de Aquel que habla en cada página de la Biblia: de Jesús, Hijo del Padre, dador del Espíritu Santo. Quiero vivir en la contemplación, en la adoración, en la alabanza y en el silencio ante Aquel que es sujeto último de toda oración, el Cristo Señor, Dios nuestro, vencedor de la muerte, revelador del Padre, mediador absoluto de la salvación, dador de la alegría del Evangelio; Que mi oración sea como un hilo que enlace siempre mis jornadas con su amor.

6° - La consolatio (consolación)
Señor consuelame en este ejercicio espiritual de reflexión de tu palabra pues es muy importante para mi camino de oración, ya que sin ese elemento  de tu consuelo, la oración pierde su sal y su gusto. Que tu consolación restablezca en mí, el gozo de orar, y de sentirme íntimamente a gusto de Dios y de las cosas de Cristo. Regalame Señor ese don que ordinariamente se produce en el ámbito de la lectio divina, aunque evidentemente es tu Espíritu Santo quien es libre de concederlo a quienquiera; ya que solo de la consolación es de donde brotan las opciones valientes de pobreza, castidad, obediencia, fidelidad y perdón, que yo quiero vivir y experimentar, porque es el lugar y la atmósfera propia de las grandes opciones interiores.

7° - La discretio (discernimiento)
Señor regalame el don del discernimiento para que se manifieste con mayor claridad aún, la vitalidad de tu consolación en mi vida, mediante el gusto por este texto de tu Evangelio, a través de una especie de olfato espiritual para las cosas de Cristo, para hacerme sensible a todo lo que es evangélico y a lo que no lo es. Te pido Señor ese don para poder realizar un discernimiento importante, porque no estamos llamados tan sólo a observar los mandamientos en general, sino a seguir a Jesucristo y ese seguimiento no conlleva una evidencia inmediata en las opciones de cada día si no hemos entrado, por así decirlo, en la mente de Jesús, si no hemos saboreado su pobreza, su cruz, la humildad de su nacimiento y su perdón. Que esta capacidad de discernir la marca evangélica en las emociones ordinarias y en los movimientos de mi corazón sea un don tan grande como el que San Pablo pedía para todos los fieles: "Que recibáis abundancia de sensibilidad para que podáis distinguir siempre lo mejor, lo que agrada a Dios y lo que es perfecto" (Filp 1, 9-10; Rom 12,2). Hoy tu Iglesia  Señor, tiene una enorme necesidad de discretio, ya que sus opciones decisivas no se refieren tanto al bien o al mal (no matar, no robar), sino a lo que es mejor para el camino de la Iglesia y para el mundo.

8° - La Collatio (Intercomunicación)
Esta palabra indiscutiblemente a suscitado en mí, el deseo de ser mejor, de ser imagen de Dios en medio del mundo, dice San Pablo que Dios reconcilió al universo, haciendo la paz mediante la sangre que Cristo derramó en la cruz, es decir que el camino de la reconciliación y de la paz ya fue trazado, construido y caminado por Cristo con su cruz; esa experiencia me consuela y me anima a seguir adelante y a motivar a otros a valorar el sacrificio de Cristo en la cruz por amor a nosotros.

9° - La deliberatio (deliberación)
Quiero dar el paso sucesivo. De la experiencia interior de la desolación primaria y de la consolación de Cristo, he aprendido a discernir y a decidir, según Dios. Analizando atentamente mis opciones vocacionales, me doy cuenta de que siguen, aunque sea inconscientemente este proceso. Mi vocación es, efectivamente, una decisión tomada a partir de lo que Dios me ha hecho sentir y de la experiencia que de ello he tenido en mi vida como miembro de la Iglesia.

10° - La actio (acción)
El fruto maduro de todo este camino que he recorrido, es y debe ser la acción; mi acción como cristiano; esta lectura bíblica y mi acción, no son ni mucho menos dos vías paralelas, no se lee la Sagrada Escritura solo para conseguir la fuerza que nos permita realizar lo que hemos decidido! Sino que más bien debemos leer y meditar esta palabra  para que broten las debidas decisiones y para que la fuerza de la consolación del Espíritu Santo, nos ayude a ponerlas en práctica. No se trata, como muchas veces pensamos, de orar más para obrar mejor, sino de orar más para comprender lo que debo hacer y para poder hacerlo a partir de una opción interior.




                                                                  LECTIO DIVINA 
                       SOBRE LA CARTA DE SAN PABLO A LOS EFESIOS 1, 3-14

MARCO TEOLÓGICO:
ALABANZA A DIOS POR SU OBRA SALVADORA (DESIGNIO DE LA HISTORIA DE LA SALVACIÓN)
“Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, pues en Cristo nos ha bendecido en los cielos con toda clase de bendiciones espirituales. Dios nos escogió en Cristo desde antes de la creación del mundo, para que fuéramos  Santos y sin defecto en su presencia. Por su amor, nos había destinado a ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo, hacia el cual nos ordenó, según la determinación bondadosa de su voluntad. Esto lo hizo para que alabemos siempre a Dios por su gloriosa bondad, con la cual nos bendijo mediante su amado Hijo. En Cristo, gracias a la sangre que derramó, tenemos la liberación y el perdón de los pecados. Pues Dios ha hecho desbordar sobre nosotros las riquezas de su generosidad, dándonos toda sabiduría y entendimiento, y nos ha hecho conocer el designio secreto de su voluntad. Él en su bondad se había propuesto realizar en Cristo este designio, e hizo que se cumpliera el término que había señalado, y este designio consiste en que Dios ha querido unir bajo el mando de Cristo todas las cosas, tanto en el cielo como en la tierra. En Cristo, Dios nos había escogido para que tuviéramos parte en su herencia, de acuerdo con el propósito de Dios mismo, que todo lo hace según la determinación de su voluntad. Y Él ha querido que nosotros seamos los primeros en poner nuestra esperanza en Cristo, para que todos alabemos su glorioso poder. Gracias a Cristo, también ustedes que oyeron el mensaje de la verdad, la buena noticia de su salvación, y abrazaron la fe, fueron sellados como propiedad de Dios con el Espíritu Santo que Él había prometido. Este Espíritu es el anticipo que nos garantiza la herencia que Dios nos ha de dar, cuando haya completado nuestra liberación y haya hecho de nosotros el pueblo de su posesión, para que todos alabemos su glorioso poder”.

1° - La statio (preparación) Disposición del cuerpo y el espíritu.
“Amado Dios, te imploro me muestres tu verdad de lo que quieres que entienda con esta lectura de tu palabra, coloco este texto con amor entre mis manos como si fuera un tesoro, con mi cuerpo te digo aquí estoy, y con mi corazón limpio, humildemente te invoco Espíritu Santo de Dios, para que te hagas presente con tus dones de entendimiento, sabiduría y consejo, todo lo anterior te lo pido por el poderoso nombre de Jesucristo tu Hijo, nuestro Señor, Amén”

2° - La lectio (lectura)                                           
Después de leer y releer este texto de la Escritura, pongo de relieve sus elementos fundamentales, así como también resalto las palabras que mas me impresionaron, relacionando los signos, los verbos, las acciones, los sujetos, los sentimientos expresados y las palabras clave; todo esto con el fin de hacer que esta lectura, considerada quizá como muy conocida, se me muestre como nueva. También coloco este texto en el contexto más amplio de los artículos próximos a él y del conjunto general del libro, para comprender mejor, qué es lo que quiere decir.
“Dios nos escogió en Cristo desde antes de la creación del mundo” ; “Fuéramos santos y sin defecto en su presencia” ; “En Cristo gracias a la sangre que derramó, tenemos la liberación y el perdón de los pecados” ; “Nos ha hecho conocer el designio secreto de su voluntad” ; “Consiste en que Dios ha querido unir bajo el mando de Cristo, todas las cosas” ; “Todo lo hace según la determinación de su voluntad” ; “Gracias a Cristo, también ustedes fueron sellados como propiedad de Dios, con el Espíritu Santo que el había prometido” ; “El Espíritu es el anticipo que nos garantiza la herencia que Dios nos ha de dar”.
(San Pablo, que había convertido a la fe a los de Éfeso, les escribe esta carta desde Roma, en donde se hallaba preso con motivo de su apelación al Cesar. El objeto era excitar en sus corazones los sentimientos de un vivo reconocimiento por la gran misericordia que ha usado Dios con ellos, llamándolos a la salud eterna por la fe en Jesús-Cristo su Hijo, en el tiempo mismo en que su ceguera y desórdenes los hacían indignos de su gracia. Con este motivo trata del misterio de la vocación de los gentiles, y finalmente instruye a los Efesios, en las obligaciones de la vida cristiana)

3° - La meditatio (meditación)
Es necesario que me responda a mi mismo las siguientes preguntas: ¿Que valores perennes tiene para mí, este texto? ; ¿Qué me dice a mí? ¿Qué mensaje referido al aquí y ahora, propone este pasaje con la autoridad que le da el ser Palabra del Dios vivo?
Si fuimos escogidos por Dios para ser santos y buenos, sin defecto alguno, eso significa que sí podemos ser perfectos como Dios quiere que seamos perfectos; entonces ¿por qué nos gusta más el pecado y la maldad?, ¿es que no nos fue suficiente el Sacrificio de nuestro Señor Jesús-Cristo en la Cruz? , ¿o es que simplemente no nos interesa su sacrificio por nuestra salvación?. No solo en la comunidad de Éfeso y/o en los tiempos de Pablo se ha pisoteado la sangre de Cristo, y se ha despreciado y menospreciado la presencia viva del Espíritu Santo quien nos ha sellado como propiedad de Dios, sino que el hombre prefiere y ha preferido siempre alejarse de esas verdades, y de ese Dios misericordioso y bueno que siempre nos ha dado una nueva oportunidad, esa es su voluntad, que todos por medio del sacrificio de Jesús, nos salvemos.

4° - La oratio (oración)
Señor! hazme comprender qué valores permanentes de este texto me faltan. Hazme captar cuál es tu mensaje para mi vida! ; quiero ser obediente a tu voluntad, quiero ser agradecido con tu sacrificio por mí, no quiero formar parte de ese común denominador de personas que te siguen despreciando, quiero formar parte de la excepción, quiero ser de los hombres que con fe y confianza buscan agradarte  siempre, no quiero cambiar jamás tus verdades de Dios por las mentiras de los hombres.

5° - La contemplatio (contemplación)
Permiteme Señor detenerme con amor en el texto; más aún, quiero pasar del texto y de su mensaje, a la contemplación de Aquel que habla en cada página de la Biblia: de Jesús, Hijo del Padre, dador del Espíritu Santo. Quiero vivir en la contemplación, en la adoración, en la alabanza y en el silencio ante Aquel que es sujeto último de toda oración, el Cristo Señor, Dios nuestro, vencedor de la muerte, revelador del Padre, mediador absoluto de la salvación, dador de la alegría del Evangelio; Que mi oración sea como un hilo que enlace siempre mis jornadas con su amor.

6° - La consolatio (consolación)
Señor consuelame en este ejercicio espiritual de reflexión de tu palabra pues es muy importante para mi camino de oración, ya que sin ese elemento  de tu consuelo, la oración pierde su sal y su gusto. Que tu consolación restablezca en mí, el gozo de orar, y de sentirme íntimamente a gusto de Dios y de las cosas de Cristo. Regalame Señor ese don que ordinariamente se produce en el ámbito de la lectio divina, aunque evidentemente es tu Espíritu Santo quien es libre de concederlo a quienquiera; ya que solo de la consolación es de donde brotan las opciones valientes de pobreza, castidad, obediencia, fidelidad y perdón, que yo quiero vivir y experimentar, porque es el lugar y la atmósfera propia de las grandes opciones interiores.

7° - La discretio (discernimiento)
Señor regalame el don del discernimiento para que se manifieste con mayor claridad aún, la vitalidad de tu consolación en mi vida, mediante el gusto por este texto de tu Evangelio, a través de una especie de olfato espiritual para las cosas de Cristo, para hacerme sensible a todo lo que es evangélico y a lo que no lo es. Te pido Señor ese don para poder realizar un discernimiento importante, porque no estamos llamados tan sólo a observar los mandamientos en general, sino a seguir a Jesucristo y ese seguimiento no conlleva una evidencia inmediata en las opciones de cada día si no hemos entrado, por así decirlo, en la mente de Jesús, si no hemos saboreado su pobreza, su cruz, la humildad de su nacimiento y su perdón. Que esta capacidad de discernir la marca evangélica en las emociones ordinarias y en los movimientos de mi corazón sea un don tan grande como el que San Pablo pedía para todos los fieles: "Que recibáis abundancia de sensibilidad para que podáis distinguir siempre lo mejor, lo que agrada a Dios y lo que es perfecto (Filp 1, 9-10; Rom 12,2). Hoy tu Iglesia  Señor, tiene una enorme necesidad de discretio, ya que sus opciones decisivas no se refieren tanto al bien o al mal (no matar, no robar), sino a lo que es mejor para el camino de la Iglesia y para el mundo.

8° - La Collatio (Intercomunicación)
Esta palabra ha despertado en mi, la conciencia de que debo someter totalmente mi voluntad a Cristo Jesús mi Señor y mi salvador, esa es la obediencia y la humildad que Dios pide y exige a sus hijos y es también su voluntad. Me siento muy honrado de haber sido escogido por Dios en Cristo desde antes de la creación del mundo, y debo corresponder de igual manera a este honor inmerecido por cierto que Dios nuestro Señor me ha concedido.

9° - La deliberatio (deliberación)
Quiero dar el paso sucesivo. De la experiencia interior de la desolación primaria y de la consolación de Cristo, he aprendido a discernir y a decidir, según Dios. Analizando atentamente mis opciones vocacionales, me doy cuenta de que siguen, aunque sea inconscientemente este proceso. Mi vocación es, efectivamente, una decisión tomada a partir de lo que Dios me ha hecho sentir y de la experiencia que de ello he tenido en mi vida como miembro de la Iglesia.

10° - La actio (acción)

El fruto maduro de todo este camino que he recorrido, es y debe ser la acción; mi acción como cristiano; esta lectura bíblica y mi acción, no son ni mucho menos dos vías paralelas, no se lee la Sagrada Escritura solo para conseguir la fuerza que nos permita realizar lo que hemos decidido! Sino que más bien debemos leer y meditar esta palabra  para que broten las debidas decisiones y para que la fuerza de la consolación del Espíritu Santo, nos ayude a ponerlas en práctica. No se trata, como muchas veces pensamos, de orar más para obrar mejor, sino de orar más para comprender lo que debo hacer y para poder hacerlo a partir de una opción interior.

BIBLIOGRAFÍA
-Sagrada Biblia
-Definiciones bajadas de Internet
-Conceptos personales

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