LA CRISIS
DE LA FAMILIA ACTUAL
(Autor: Jhon Walter Montoya Sierra)
La crisis
por ausencia de valores y falta de comunicación que hoy en día viven las
familias, se debe a una incompatibilidad entre el proyecto humano y el plan de
Dios, sobre esa comunidad familiar.
Es contraproducente
ver y observar como mientras parte de la sociedad y la iglesia en general,
hablan de las virtudes que debe tener una buena familia, llamándola incluso la
base de la sociedad, es la familia misma la causante de la ausencia de virtudes
en todos o en algunos de sus miembros, debido al alejamiento que ejercen sobre
las buenas costumbres y al desprecio sobre los principios éticos y morales, que
antes unían como una columna vertebral a los miembros de las familias y de la
sociedad.
Hace 30 o
40 años era un caso excepcional, conocer un niño de padres separados, y a ese
niño, toda la sociedad lo quería ayudar, hoy en día según las encuestas, el 80
por ciento de los niños y jóvenes cuentan
que sus padres, ó son separados ó tienen conflictos constantes que afectan la
estabilidad de su hogar.
¿Que ha
pasado entonces en los últimos años?, ¿ se ha perdido quizás el concepto de
unión familiar, ó se ha cambiado este concepto, por el falso argumento de
buscar la propia felicidad?.
La
respuesta a esta ultima inquietud es obvia, la familia y la sociedad han alejado
a Dios de su lado, dando paso al uso desordenado del tiempo y de su propia
libertad, olvidando que una familia cristiana, es una comunión de personas que debe reflejar la comunión que
existe en Dios, entre el Padre, El Hijo y el espíritu Santo; el enunciado no puede ser más claro: “ una
familia es una comunidad de fe, esperanza y caridad, y por eso la podemos
llamar Iglesia domestica”.
¿Es
posible entonces, reconstruir la sociedad, sobre la base de la reincorporación
de los principios Cristianos a la vida familiar? o tendremos que seguir asistiendo, al triste
espectáculo de ver como nuestra sociedad alejada de Dios, irremediablemente se
desmorona y se autodestruye, consumida por una crisis de valores y por una
ausencia de ética y moral en sus individuos y en las familias que la
determinan.
La
incompatibilidad de las realidades entre los proyectos humanos y el plan de
Dios sobre la sociedad, debe ser resuelto con la participación consiente de
toda la sociedad en general y de cada individuo en particular, creando una
campaña de recuperación de valores perdidos, en la cual deben participar
directa y concretamente, todos los grupos sociales, el Estado, los medios de
comunicación, la Iglesia, los colegios y universidades, las familias, y todos
los individuos que integran la sociedad.
JUSTIFICACÍON
Diariamente
vemos los esfuerzos de los medios de
comunicación y del gobierno, por lanzar agresivas campañas cuyo fin solo es
económico y/o político, donde proponen y plantean soluciones prácticas a temas
como la violencia, la pobreza, la corrupción, y en no pocas ocasiones a
banalidades como la malsana diversión, el sexo, los vicios y el amor a las
cosas materiales, pero de valores y de principios Cristianos poco o nada se
habla; entristece en medio de todo este panorama, la ausencia casi total de la
Iglesia de Cristo, en los medios masivos de comunicación, y los pocos esfuerzos
hechos al respecto, los realizan individuos particulares sin apoyo y sin mucho
resultado, es algo así como golondrinas solitarias tratando de hacer verano.El
tema de la familia Cristiana como Iglesia doméstica, es fundamental para
superar esta crisis, pues es el mismo alejamiento que las familias han hecho
frente a todo lo que tenga que ver con Dios, lo que ha debilitado las
estructuras sobre las que deben estar construidas dichas familias y por
consiguiente, la sociedad entera.Las cifras hablan por si solas: 3 de cada 100
niños, mueren por violencia, hambre o descuido; 30 de cada 100 niños son
violentados en sus hogares; 23 de cada 100 niñas menores de 16 años han estado
o están embarazadas; 70 de cada 100 niños menores de 18 años fuman o ingieren
alcohol; 80 de cada 100 jóvenes menores de 18 años ya han tenido relaciones
sexuales; y eso sin contar cuantos están consumiendo alucinógenos, o pertenecen
a pandillas o a sectas o a grupos que hacen o pretenden hacer daño a la sociedad.
En cuanto a las mujeres, las cifras no se quedan atrás: un promedio de 4000
mujeres son asesinadas al año en Colombia; 22 de cada 100 han sido agredidas
sexualmente; 43 de cada 100 son ultrajadas por sus propios compañeros; además
del triste espectáculo que se ve y se oye a diario en los medios de
comunicación, donde la mujer prácticamente es presentada como un simple
instrumento sexual, con la no más triste aprobación y participación de muchas
de ellas, en estas vulgares campañas. El panorama en general es desolador:
Ancianos e indigentes abandonados muriendo en las calles; niños explotados y
pidiendo limosna en los semáforos y puentes; niños involucrados en la guerra y
peores formas de trabajo infantil; Tabernas y prostíbulos llenos e Iglesias
vacías; vulgaridad a diestra y siniestra; asesinatos, robos, maldades de toda
índole; traiciones, adulterio y fornicación, vicios de todo tipo;
inmisericordia y ausencia total de amor en muchos corazones; parecemos como una
sociedad abandonada por Dios (o que hemos abandonado a Dios), y que se conduce
inevitablemente a su propio fracaso.Solamente abandonando el camino del mal y
construyendo valores y principios Cristianos como el amor, la bondad, la
generosidad, el respeto, la responsabilidad, la honestidad, la perseverancia y
la humildad, podremos fortalecer nuestras familias, para que puedan protegerse
contra esa fuerza de mal tan grande que embiste hoy a nuestra sociedad.
Nuestro
Señor es claro en su Palabra: “ ….Cayó la lluvia, vinieron los torrentes,
soplaron los vientos y embistieron contra aquella casa, pero ella no cayó,
porque estaba cimentada sobre la roca (Mat.7,25)
HIPOTESIS
Las causas
de la crisis familiar son variadas, y provienen de realidades individuales, es
decir del mal proceder y de la mala actitud que los individuos asumen frente al
tema de sembrar y cultivar buenos valores que mantengan la unidad familiar.
Algunas de las más importantes son:
Familias preocupadas por el exceso de
ocupaciones (ocupadas y preocupadas):
Son
familias sin tiempo, antes había menos prisa, todos iban más despacio, hoy en
día las familias y los jóvenes tienen más afán, la vida se volvió más rápida,
ya no hay tiempo para reunirse en familia, ese mundo rápido no nos da tiempo
para dialogar, ni para conocernos ni para querernos, hoy en dúa se ven Padres
sin tiempo para sus hijos, hay más dinero pero menos hogares.
Individualismo
y no familia:
Las
familias son lazos que nos unen, una familia debe ser un grupo de individuos,
todos unidos, compartiendo ideales y sueños . Hoy cada cual tira para su lado,
solo se escucha:
“
Mi….mi….mi….”, pero casi no existe el “nuestro…nuestro….nuestro…”; por otra
parte: “Yo tengo derecho a…a…a…” pero no “Yo tengo el deber de…de…de…”; esto
separa las familias, pues una familia no “soy yo” sino que “somos nosotros”.
Desconcierto de valores:
Las familias sufren por el desconcierto actual
de valores, anteriormente casi todas las Familias actuaban igual, tenían y
defendían los mismos valores, a los Padres se les obedecía y no se les podía
levantar la voz , los niños aprendían los valores en casa, aprendían a no
robar, a respetar, a trabajar, a tratar bien a las mujeres, a amar a la patria,
y a entender que por encima de todo, estaba Dios. El peor “problema” que hoy tienen los muchachos se llaman
“Papás”, pues son papás que les
alcahuetean y les enseñan antivalores; cual es el mensaje que les estamos dando
a los niños y a los jóvenes de hoy, cuando con los
ejemplos les enseñamos lo contrario, es por eso que los jóvenes no nos creen y
tienen toda la razón. La familia, la gran productora de valores, está
desprogramada, los jóvenes están confundidos, que hacer si unos padres enseñan
unas cosas y otros padres enseñan lo contrario, y el joven entonces se
pregunta:
¿Quién tiene la razón?.
Familias
que han cambiado el amor por la comodidad:
Para
educar bien a un niño, se necesita fundamentalmente lo siguiente: La comida
necesaria, vestido necesario sin lujos, estudio, mucho amor, y alguien en quien
creer para que no se rompa en los
momentos difíciles, todo lo demás, o sobra, o es inútil o es innecesario.
Amarse y creer en algo, esto es lo más importante, es lo único que nos queda
cuando no queda nada, solo se necesita el amor que tenemos y la fe que
contenemos, todo lo demás sobra.
Las
uniones libres y de hecho:
La
ausencia de vínculos sacramentales es fruto de la ignorancia, de la inmadurez y
de la inexperiencia, pero también es rechazo hacia todo lo institucional; esta
situación falsifica la alianza matrimonial y debilita el amor en la pareja y
hacia los hijos; este tipo de parejas necesitan ayuda social y evangelización.
El
matrimonio Civil:
Muchos
católicos prefieren hoy en día solo la unión civil, por motivos ideológicos y
prácticos, situación que desde el punto de vista cristiano es inaceptable, pues
estos esposos renuncian así a las
riquezas espirituales del matrimonio cristiano, pues viven en oposición al plan
de Cristo sobre el matrimonio. Es preciso ayudar a estas personas a clarificar
su fe y a superar su indiferencia religiosa, llevándolas a vivir con
coherencia, su opción cristiana.
Unión
familiar falsificada:
La unión
familiar es falsificada o deteriorada por la separación, el divorcio, el
adulterio y la poligamia; fenómenos todos, que contradicen el plan de Dios
sobre el matrimonio y la dignidad de las personas, y constituyen graves faltas
al compromiso matrimonial celebrado ante Dios.
La actitud
“machista”
:
Un hombre
machista, ofende la dignidad de la esposa y de los hijos, pues su actitud es
autoritaria e irresponsable. El machista arbitrario se considera el dueño
absoluto de la voluntad de su esposa y de sus hijos y los trata no como
personas sino como objetos que le pertenecen y sobre los cuales puede disponer
a su capricho, pues según el, todos son sus servidores que le deben obediencia
sin reservas.
La actitud
“feminista”
Una mujer,
esposa o madre feminista, es autoritaria, agresiva y posesiva, abusa de su
superioridad y de su mismo amor maternal, para aislar al esposo del amor de sus
hijos; defiende a veces justos derechos pero de manera equivocada y resentida.
Padres
irresponsables:
Una
conducta irresponsable surge de una paternidad deficiente, del descuido
material y de la mala educación de sus hijos. Los padres son irresponsables
cuando no tratan a los hijos con el mismo amor, protección, posibilidad de vida
y de educación; cuando acuden al aborto o a la procreación por fuera del
matrimonio; cuando descuidan su formación integral, humana, intelectual y
religiosa; cuando obstaculizan el futuro de sus hijos imponiéndoles profesiones
o elección libre del estado de vida o vocación; cuando abusan de su autoridad,
atemorizando e imponiendo a sus hijos disciplinas rigurosas que provocan
rebeldías, traumas, resentimientos y huidas del hogar; cuando no tienen
autoridad y ceden ante los caprichos de los hijos, no corrigiéndolos por miedo;
cuando son anti testimonio y dan malos ejemplos como esposos, padres,
profesionales, ciudadanos y cristianos.
Hijos
irresponsables:
Los hijos
son irresponsables cuando por falta de amor, respeto y obediencia, maltratan a
sus padres, causándoles tristeza con su pereza y con su ingratitud; cuando
maltratan a sus padres, los injurian, abandonan y desprecian; cuando los
critican amargamente y se avergüenzan de ellos; cuando los deshonran, los
golpean y los sacan de sus casas; cuando no aceptan sus consejos y correcciones
por su rebeldía; cuando no los socorren y se desobligan de ellos; cuando existe
odio entre los hermanos, riñas y/o violencias físicas o verbales.
Los padres
de familia deben ser los sacerdotes consagrados de su hogar, que transmitan a
sus hijos la palabra de Dios con su ejemplo y su palabra (ministerio profético);
deben ser instrumentos de gracia y de santificación para sus hijos, mediante la
oración constante, el amor paciente, la comprensión y la corrección serena y
firme (ministerio sacerdotal); y deben guiar a sus hijos en el camino de la
vida cristiana, a través de su testimonio en el mundo, de su entrega en el
servicio a los demás y del compromiso evangelizador, de manera que sean
introducidos plenamente en la experiencia de Cristo y de la Iglesia (
Ministerio pastoral).
OBJETIVO
GENERAL
Iniciar
una campaña a nivel de medios de comunicación en Colombia, que logre captar la
atención de la sociedad, en lo referente al cultivo de valores en nuestras
familias y que conlleve a una buena reacción individual y colectiva como
preámbulo para una reestructuración de los principios éticos y morales que hoy
en día descalifican cristianamente a nuestra sociedad.
OBJETIVOS
PARTICULARES
-Concientizar
a toda la sociedad en general y a las familias en particular, que si la armonía
familiar se debilita, la sociedad también lo hará.
-Orientar
a las familias en la búsqueda de soluciones definitivas al problema.
-Iniciar
con algunas de ellas un proyecto de resocialización familiar, basado en la
búsqueda de los valores perdidos.
-Estimular
a los individuos que conforman las familias objetivo, para que busquen con
gratuidad la fe, como camino seguro para evangelizar a sus familias.
-Recomendar
a estas familias, la búsqueda de ayuda profesional en otras instituciones no
familiares, que estén interesadas en el tema.
MARCO
TEÓRICO
Mucha
teoría se ha escrito al respecto, pero
en particular quiero referir el resumen de un texto actual que trata con mucho
interés el tema en cuestión:
Carta de
Benedicto XVI a los Obispos de la India:
“Familias
en vuestras diócesis, que son iglesias domesticas, son ejemplos del amor mutuo;
respeto y apoyo que debe animar las relaciones humanas en todos sus niveles. En
la medida en que estos no descuiden la oración, mediten las escrituras y
participen plenamente en la vida sacramental de la Iglesia, ayudarán a
alimentar este amor incondicional entre ellos y en la vida de sus parroquias, y
serán fuente de un gran bien para la comunidad en general.
Muchos de vosotros de los que habéis hablado
habéis mencionado los grandes retos que amenazan con minar la unidad, la
armonía y la santidad de la familia, y el trabajo que debe hacerse para
construir una cultura de respeto al matrimonio y a la vida familiar.
Una
catequesis profunda que invite, especialmente a aquellos que se preparan para
el matrimonio, alimentará en gran medida la fe de las familias cristianas y los
asistirá para que puedan dar un testimonio vivo y vibrante de la sabiduría
ancestral de la iglesia con respecto al matrimonio, la familia y el uso responsable
del don de Dios que es la sexualidad.
METODOLOGIA
Y APLICACIÓN PASTORAL
El camino
pastoral que todo servidor de Cristo (llámese Obispo, sacerdote, diacono,
religioso, padre de familia, o laico), debe seguir para contribuir a la
educación en valores de la familia y de la sociedad tres estrategias básicas a
saber:
-
Educación en la fe
-
Evangelización en la familia
-
Ayuda de otras instituciones
CONCLUSIONES
La
familia cristiana misionera está llamada a la oración, a orar juntos a Dios,
quien ha creado a la familia, si una familia permanece unida, los miembros de
esa familia se ayudaran mutuamente y vivirán como auténticos cristianos.
Platicando
con Dios en todo momento en familia, se va a fortalecer la unión y el amor que
existe entre los miembros familiares y se respetaran mutuamente además de que
se vivirá continuamente como Dios lo ha planeado.
Es
muy bueno que todos los días en familia, se lea la palabra de Dios; si Dios
está presente en las conversaciones, el comportamiento de los miembros de la
familia será el reflejo del amor de Dios; si únicamente se habla de fútbol,
chismes o envidias….el comportamiento de la familia será de la misma manera.
La
familia cristiana es privilegiada entre las demás, ya que es llamada por Dios a
ser en donde esté, la educadora en valores cristianos como el amor, la ayuda
mutua, el servicio a los demás y sobre todo a seguir a Cristo como lo hicieron
sus apóstoles.
¡
Que hermoso es encontrar familias que viven ese amor por los demás ¡ ¡ que
felicidad se ve en los rostros de aquellos que aman a Dios!.
Cuando
Dios habita en una familia, la felicidad abunda en todos sus miembros.
BIBLIOGRAFIA
-Renaciendo
en valores; Beatriz Vásquez Gómez.
-La
familia cristiana, iglesia domestica; ( mscperublog.blogspot.com/)
-pontificio
consejo para la familia; (es.catholic.net/familiayvida/154/295)
-Familias
y valores; conferencia, Pd. Juan Jaime Escobar.
-Catecismo
de la Iglesia Católica, Bogotá, Ed. San Pablo, 2007
-Sagrada
Biblia; Dios habla hoy
-Carta
a los Obispos de la India; Benedicto XVI
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