VIACRUCIS DE
REDENCIÓN PARA EL PECADOR
(Autor: Jhon Walter Montoya Sierra)
PRESENTACION
Señor Jesús: desde mi triste y propia
condición de pecador habiendo recibido de ti la redención, y con la experiencia
de fe que Tú me has regalado; he escrito estas reflexiones que parten de la
desdicha de estar sin ti. Así por tu
amor comprendí que Tú eres mi Señor y Salvador; la decisión que nace de esta
reflexión no solo es un vivir sino un morir por ti, ya no andaré solo en la vía
dolorosa porque tengo la certeza de que Tú jamás me dejarás morir.
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I ESTACIÓN DEL VIACRUCIS
“JESÚS
ES CONDENADO A MUERTE”
“Señor,
enséñanos a amar como tu”.
¿Por qué me amas tanto, que
sacrificaste a tu Hijo para salvarme a mi?, ¿Por qué condenar al Justo a la
muerte, para salvarle la vida al que merece morir? Y mi alma escuchó en
silencio tu dulce respuesta: “¡ cuando se ama ningún sacrificio es suficiente !”; pero aún no entendía esta sentencia injusta:
¿nosotros los culpables condenando al inocente?, ¿de que lado de la justicia me
encontraba?, ¿acaso servía y favorecía la injusticia?; pero ajeno a tu dolor,
proclamé sentencia y lavándome las manos me alejé de allí… ¡ He ahí el hombre ! gritó mi conciencia; ¡ he ahí al mas valiente !
juzgó mi inteligencia; ¡ he ahí al Señor ! reconoció mi debilidad… ¡ ya no seré un
cobarde creyéndome un prudente, ya no seré un soberbio sin arrepentimiento y
aceptaré mi cáliz si es tu voluntad ! ¡ Porque Tú eres mi camino, porque Tú
eres mi vida, porque Tú eres mi verdad !.
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II
ESTACIÓN DEL VIACRUCIS
“JESÚS
CARGA CON LA CRUZ, CAMINO DEL CALVARIO ”
“Señor, seguiremos tus
huellas”.
Cargaba
mi cruz sin sentido porque no te conocía, porque solo era una cruz de pecado
pero no de redención; había entregado al justo para salvar al culpable. Y Tú
sobre tus hombros cargabas al inocente, al pobre y al desvalido; y Tú,
caminabas en silencio, cabizbajo y triste, traicionado por tus amigos,
abandonado de todos, entregado a tus enemigos, juzgado injustamente,
vilipendiado y humillado por la terrible condición humana, y solo….
Inmensamente solo hacía tu muerte. Eras el pastor conducido al matadero, por
las ovejas y los lobos a quienes habías dado de comer. ¡ Oh Señor
que sabes cuanto vale el inocente condenado !... ¡ Mi nuevo camino de la cruz será el de cada día, es un
camino largo el que hay que caminar, pero ya no tengo dudas, porque la cruz
tiene un sentido: Tu Sacrificio !; ya por fin caminaré seguro, ¡ por amor a la
verdad, por la defensa del oprimido, por tu amor incondicional !.
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III
ESTACIÓN DEL VIACRUCIS
“JESÚS
CAE POR PRIMERA VEZ ”
“Señor, el peso de tu
cruz, es el peso de nuestros pecados”.
La
bella inocencia de mi lejana niñez, se extravió muy pronto entre el ruido del
mundo y la torpeza de mi falsa seguridad; y comencé a caer, pero no me
importaba, Tú solo representabas para mi un lejano recuerdo, y Yo quería seguir
mi propio camino… Pero te hiciste menos por mí, Dios descargó sobre Ti mis
culpas, menospreciado y humillado por mi causa, te insultaban y Tú no
insultabas ni amenazabas, caminabas de píe animado por tu decisión de salvarme;
y cuando te caíste, querías seguir tu sacrificio de rodillas, pero a golpes te
levantaban, y te azotaban y te quebraban….
¡ Cuanto me amaste Señor, que
aquella tarde restauraste mi perdida conciencia!....
¡Ya no vacilaré, caminaré de píe, con la seguridad de que Tú me
amas, no será fácil, y si me caigo me levantaré, y si me canso me esforzaré, y
si me desanimo me reanimaré; porque el recuerdo de tu santo sacrificio me
impulsará siempre a tomar nuevamente mi cruz !.
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IV ESTACIÓN DEL VIACRUCIS
“JESÚS
ENCUENTRA A SU MADRE ”
“Señor, Muchos por Ti,
caemos y nos levantamos”.
Vivía
mal mi vida, creyendo que hacia lo correcto; el niño-viejo, a fuerza de pecado
perdió su dignidad; me fui de tu casa y no quería regresar; mi madre solitaria
lloraba de amargura, habiendo yo atravesado de dolor su corazón. Pero pasaste a
mi lado por el camino de la cruz, y me miraste, y me sonreíste, mientras una lagrima pura
surcaba tu mejilla, limpiando las
heridas de mi lepra espiritual. Junto a mí, estaba La Madre que me habías
heredado, ¡ María Tú Madre, La Madre de Dios !, no había quien redimiera su
vida, una espada atravesaba su alma y su corazón….
¡ Oh lamento incomparable, Oh
quebranto sin consuelo, Oh tormento, Oh dolor !...
¡ Y también Tú le miraste, y tu compasivo
amor, coronó a la inmaculada, con su Santa Intercesión !. ¡ Ya no me siento
huérfano, no llora mi corazón, porque Tú me diste por Madre, a la Reina del
amor !.
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V ESTACIÓN DEL VIACRUCIS
“SIMÓN
DE CIRENE, AYUDA A JESÚS A LLEVAR LA CRUZ ”
“Señor, queremos
ayudarte a salvar al mundo”.
Mi
existencia se había convertido en una carga muy pesada; mi familia no podía con
el peso de mis pecados, la sociedad y el mundo no querían cargar el pesado
fardo de mi maldad, me arrastraba por el suelo como reptil ponzoñoso esperando
a quien dañar. ¡ Andaba solo y me encontré con tigo, o más bien Tú me
encontraste para Ti, me levantaste de mis miserias y me diste dignidad !. Me
enseñaste a llevar sin miedo mi cruz, a consolar al que padece, a sonreír al
que llora y a levantar al que estaba caído, porque Tú lo habías hecho primero por
mí; al principio me tuviste que forzar, pero empecé a cumplir tu palabra y a
seguirte, negándome a mí mismo y tomando mi propia cruz; y solo entonces recibí
tu alivio y comencé a verte a Ti, en todos mis hermanos sufrientes y aún a
ayudar a otros a llevar también su cruz, entendiendo que esa era mi
obligación. ¡ Comunidad fraterna y compasiva,
Bienaventurada seas, pues Dios será compasivo con tigo !... ¡
Ya no estoy solo en el mundo, tengo a mis hermanos a quienes ayudar, puedo
llevar dos cruces sobre mis dos hombros; la mía y la de mi hermano cansado, o
la de aquel que no la puede llevar, porque Tú llevas también la mía por el
camino de la libertad. !.
VI ESTACIÓN DEL VIACRUCIS
“LA
VERÓNICA LIMPIA EL ROSTRO DE JESÚS ”
“Señor, daremos
valiente testimonio de Ti ante los hombres”.
Andaba
oculto, escondiendo mi rostro entre las sombras de mi pecado, tu imagen en mí
desfigurada por la apariencia de una falsa libertad, rebelde sin causa, pecador
sin remordimiento, estaba perdido y no encontraba el camino de regreso a casa;
caído por mis culpas merecía el castigo pronunciado, ya no tenía sentido vivir,
mi única esperanza era que la muerte pronto me devolviera la aparente paz.
Deambulaba solo, sin rumbo, sin norte……y entonces te vi, en medio de la gente,
caminabas cansado y sin aliento, El preferido de Dios odiado y rechazado por la
humanidad, tu rostro sin apariencia ni presencia reflejaba los anónimos rostros
del dolor, la tristeza infinita de tus ojos bellos devolvió a los míos la
esperanza del perdón, sin aspecto humano tu único recurso era el aliento de tu
infinito amor. Y oculté mi rostro por vergüenza para que no me vieras, pero Tú
me miraste y limpiaste mi rostro y mi alma con vestiduras de sacrificio y de
perdón.
¡ Oh Señor mío, eres verdadero
Dios porque fuiste verdadero hombre, eres el verdadero modelo de humanidad !...
¡
Y entendí entonces que solo por Ti, los desfigurados recuperan el rostro
perdido por el pecado, comprendí que solo por Ti somos limpiados de nuestras
maldades! ¡Señor, no me escondas tu santo rostro; ya no temeré ni me ocultaré,
antes buscaré tu rostro en el hermano que sufre y en el que está caído como lo
estaba Yo, porque sé que Tú también enjugarás su rostro y limpiaras de sus
miserias su pobre humanidad !.
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VII ESTACIÓN DEL VIACRUCIS
“JESÚS
CAE POR SEGUNDA VEZ ”
“Señor, al caer nos
sacudiremos del pecado que nos ata”.
Muchas
veces me había levantado con mis propias fuerzas, pero nuevamente me volvía a
caer, se me volvió costumbre -caer y levantar-, ya poco me importaba si estaba
caído o de píe, mucho menos si me arrastraba por el suelo, caída tras caída me
hicieron un incapaz de levantarme por mi mismo, y ya solo me quería morir. Pero
en mis caídas entendí lo frágil y débil de la condición humana y comprendí que
necesitaba de la gracia y la misericordia de Dios para saberme levantar, y
recordé tus caídas camino del calvario, cuando agotado y cansado te caías una
vez mas, cuando tu cuerpo todo y tu rostro desgarrado golpeaba contra las
piedras del camino y caías junto a mí…. ,Pero siempre mirabas hacia arriba como
buscando a Tu Padre y con los ojos siempre puestos en tu meta: ¡ la salvación de las almas !. ¡ Oh Señor
que con fortaleza y prueba, sin miedo a la ignominia y sin el ánimo perder;
Señor que renunciando a todo resististe hasta el final, has que renunciando al
gozo de una vida opacada, ponga Yo también mis ojos en mi meta: Jesús !... ¡ Ya he tomado de nuevo mi cruz y soportando
su peso me mantendré firme y fiel a Ti , ya con tigo camino mi vida, porque se
que junto a Ti, tendrá siempre sentido
-Caer y levantar- !.
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VIII ESTACIÓN DEL VIACRUCIS
“JESÚS
HABLA A LAS MUJERES DE JERUSALÉN ”
“Señor, hemos llorado
por nuestras culpas, ¿pero nos hemos arrepentido de verdad?”.
El
mal seguía siendo la causa de mis sufrimientos, no sabía liberarme del pecado
por mis decisiones flojas, renunciando solo a lo que me cuestionaba era un
necio empedernido que entendía pero no obedecía, rodeado siempre de quien no me
convenía, de quien solo me ayudaba en mi autodestrucción. Pero Tú, ya habías
trazado un plan para salvarme, e interpuesto en mi camino, llorabas por mí
junto a los míos, por tu hijo perdido entre el pecado y el vicio, la falsa vida
y la maldad. Y no te importó morir por mí, con tal de que Yo me salvara, y
flagelado y coronado fuiste a mi encuentro, sin escatimar esfuerzos, ni
sacrificios, ni bien, ¿Cómo despreciarte ?, si Yo por tus heridas fui
restituido y Tú con tu presencia me diste otra oportunidad.
¡ Señor, dame la gracia de evitar el pecado antes de que me cubra mi
monte de impiedad, que si al leño verde maltrataron y odiaron, al seco muy
seguro lo tratarán igual !... ¡
Ya mis pies no caminarán a la deriva, ya no seré el necio que obedezca mal,
porque tu presencia que aviva me llena de vida, porque la fe que a Ti me une no
se apagará jamás !.
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IX ESTACIÓN DEL VIACRUCIS
“JESÚS
CAE POR TERCERA VEZ ”
“Señor, cada vez que
nos caigamos, nos levantaremos de nuevo”.
Yo lo aprendí de Ti, mi dulce redentor; la fe
que me enseñaste me abrió el camino, y a acompañado mis pasos a lo largo de mi historia. La débil luz de mi simple
razón, no iluminaba suficientemente mi futuro, no distinguía el bien del mal;
estaba caído y no me sabía levantar, pero la luz potente de tu fe, me reveló el
amor de Dios; y solo entonces comprendí, que no era con mis fuerzas con las que me podía levantar; que no eran
mis pies sino los tuyos desgarrados los que me movían; que mi cruz ya no pesaba
porque Tú llevabas sobre tus
hombros mi cansancio, por la calle
empinada de la amargura. Tú te caías por mí, para levantarme del polvo; para
volverme a adquirir porque me había perdido, porque yo me había caído primero;
y Tú, te caías y te caías agobiado por el peso de mis pecados, pero te
levantabas de nuevo, y seguías y seguías…….; Tu alma lloraba, pero no de miedo
sino de tristeza. ¡ Oh misterio hermoso de tu redención !...
¡Ya no tengo miedo, cada vez que me caiga, me levantaré, con la
fuerza de tu gracia; porque Tú me amas, porque Tú me alientas, porque Tú me
esperas……..!.
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X ESTACIÓN DEL VIACRUCIS
“JESÚS
ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS ”
“Señor, ¿hasta cuando
la justicia de la tierra, seguirá siendo la vergüenza y la degradación de la
justicia?”.
La
soberbia y la arrogancia, el derroche y la vanidad de mi falsa riqueza, me
habían vuelto insensible ante el dolor de mis hermanos; el abuso del poder
otorgado por los hombres, me habían convertido en un tirano injusto, violento,
demente y cruel, que no valoraba la vida humana; la bajeza de los placeres y de
los vicios mundanos, me asemejaban prácticamente a un animal; tal era mi
miseria humana, despojado por completo de virtudes y valores, despojaba y
desnudaba a mi hermano y echaba a suerte sus bienes y su vida, ofreciéndolos al
mejor postor. Pero Tu Señor corriste en mi ayuda, para librar mi alma de la
muerte y soportaste por mí el cruel castigo solo para darme la paz, porque Tú
me amabas así como yo era, aunque no te reconociera como nuestro Dios. ¡Y por
mí te ultrajaron como a un hombre despreciable, y por mí te humillaron y te
convirtieron en objeto de la burla de los hombres del mal, pero a Tí no te
importaba humillación y vergüenza, con tal de restaurar mi pobre humanidad!. ¡ Jesús fuerza de Dios, tu ejemplo
confortable, tu amor, tu vida toda, de mí me despojó !... ¡
Ya no quiero ser jamás lo poco que fui, mis pasos no quieren volver atrás,
porque Tú cambiaste mi bajeza y pobreza, porque Tú me restauraste de mi miseria
!.
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XI ESTACIÓN DEL VIACRUCIS
“JESÚS
ES CLAVADO EN LA CRUZ ”
“Señor, levantaremos
bien alto el amor, como bello fruto de nuestro compromiso cristiano”.
Con mi silencio y cobardía ante la injusticia
y el pecado, ayudaba a la caída de mi mundo, con mi pereza, egoísmo, avaricia y
descuido destruía el amor y la familia, con mis malos ejemplos mal educaba a
mis hijos sin saber que los defectos de los hijos son los errores de los
padres, y así condenaba a una muerte segura a los que me confiaste. Pero Tú
prometiste tu reino al buen ladrón y ofreciste el cielo al arrepentido, y
sacrificaste para eso tu propia libertad, clavado en un madero y esperando la
muerte no te podías mover, eras el Elegido del Padre pero no para salvarte a Ti
mismo, porque solo querías salvarnos a nosotros de la otra muerte. ¡ Y te
sentiste abandonado de tu propio Padre ! , y un golpe y otro golpe fijaban tu
cuerpo al árbol de la cruz, y te trataban como a un malhechor, pero tus manos
estaban agarradas al madero con la fuerza de tu amor, y allí me diste una nueva
Madre, y una nueva vida y una nueva luz. ¡ PADRE, perdóname porque no sé lo que hago
! ¡ Acuérdame siempre de tu compromiso de amor hasta el final !...
¡ Ya no tengo objeción de renunciar a mis defectos y pecados por mi
propia conveniencia, porque Tú renunciaste a tu vida toda por Mí !.
XII
ESTACIÓN DEL VIACRUCIS
“JESÚS
MUERE EN LA CRUZ ”
“Señor, que cuando yo
muera, muera sirviendo a mis hermanos, que cuando yo muera, muera sirviendo a
Dios ”.
Mi
vida siempre se movía en la bajeza, juzgando y criticando sin saber nada acerca
de mi prójimo, el chisme y la calumnia formaban parte de mi triste
personalidad, y no tenia conciencia que con mi lengua mataba también a mi
hermano; que con mi sectarismo político y religioso dividía los Países y los
grupos y las familias todas; que con mi discriminación social y racial creaba
pobreza y odio y resentimiento entre los hombres; y se mataban por mi culpa y
por lo tanto, Yo también era responsable ante Dios por esas consecuencias. Y Tú
me preguntaste desde tu propia cruz: ¿Qué hiciste con los talentos que Yo te
di, y con esos talentos, cuantas almas ganaste para mí?. Y entendí que no era
suficiente con tener las manos limpias si estaban vacías y tuve el
convencimiento de que solo Tú dabas sentido a nuestras vidas; ¡ Plenitud de
vida y de salvación !. Oscuridad y frio rodearon el mundo en tu partida, hambre
y sed de justicia clamabas desde tu cruz, pero tu último trago amargo en esta
tierra, marcó tu sacrificio y tu redención de amor. ¡ Señor, cuantas almas más te van a costar
nuestra negligencia y nuestra falsa comodidad !... ¡ Ya nada me podrá apartar de tu
amor, he decidido cambiar, he decidido morir también por Ti; porque tu muerte
fue tu victoria, porque tu amor es mas fuerte que la misma muerte, porque
entregando hasta Tu Espíritu, cumpliste tu voluntad !.
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XIII ESTACIÓN DEL VIACRUCIS
“JESÚS
ES BAJADO DE LA CRUZ ”
“Señor, sangre de
nuestra sangre, corazón de nuestro corazón, amado nuestro, déjanos morir
contigo”.
No me importaba el dolor ajeno, quizás porque
ni siquiera sabía que mi hermano tenía hambre ó sufría violencia, soledad y
enfermedad; mi indiferencia helada aterraba al corazón de Dios, no conocía de
verdad ni la misericordia, ni la entrega, ni la solidaridad con mi prójimo, mi
floja caridad solo alcanzaba mi circulo cercano, pero fuera de este, ya no lo
consideraba mi problema. Aún hoy en día seguimos matando al Señor con nuestro
mal proceder, la cruz no está vacía, porque nosotros lo hemos vuelto a fijar allí.
Yo no te amaba, decía que te amaba pero odiaba a mi hermano, decía que te seguía pero no obedecía ni hacía tu voluntad,
y Tú te habías hecho matar por defender el amor, enseñándonos que lo más
importante de ley, es la justicia, la misericordia y la fe; y de tu corazón
herido brotaba caridad dando vida a tu Iglesia y a todos tus hijos oportunidad.
La cruz quedaba sola, el madero manchado por tu sangre y por tu amor nos
recordará siempre tu valiente sacrificio; María tu Madre dolorosa, te recibió
en sus brazos sellando así tu redención.
¡ Mira como nos amas, gracias
Señor por tu pasión; mira como nos salvas, gracias Señor por tu redención !... ¡
Ya no quiero ser indiferente con mi hermano, pues al hacerlo estaría quebrando
tus piernas en la cruz; ya no quiero tener mal proceder pues al hacerlo estaría
atravesando de nuevo Tu corazón; Porque tu muerte, será mi garantía de
salvación !.
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XIV ESTACIÓN DEL VIACRUCIS
“JESÚS
ES COLOCADO EN EL SEPULCRO ”
“Señor, guardián
nuestro que no duermes ni reposas”.
El individualismo que me caracterizaba, había
desarrollado en mí, complejos de falsa superioridad, miraba a mis hermanos
pensando que eran inferiores a mí y eso me hacía actuar mal; no usaba mis
talentos, mis carismas ni mis dones correctamente sino para mi propio
beneficio, y habiéndolos recibido gratis de Dios, cobraba por ellos; usaba a
las personas, me aprovechaba de sus ideas, debilidades y creencias para obtener
beneficios económicos, no servía gratuitamente y por amor, no era responsable
en mi compromiso cristiano pues este compromiso debía nacer de mi relación con
Dios, y según el punto de vista divino, mi compromiso debía ser quedarme y
amar. Estábamos solos sin Ti, no sentíamos tu presencia en medio de nuestras
vidas; te habíamos colocado en un sepulcro nuevo, usado por primera vez, te
habíamos embalsamado y perfumado, habíamos llorado tu partida, ¿pero en
realidad te amábamos?, María nuestra
Madre lloraba en soledad pues quizás era la única que valoraba tu amor y que
esperaba en vigilia tu pronta resurrección. ¡ Señor, solamente si vivimos como Tú, te llegaremos a comprender !...
¡ Ya no seré mas, la vergüenza de la misericordia y del amor del
Señor, ya no miraré a mis hermanos con desprecio y objeción, seré recto y firme
como lo fue mi Señor, porque Él siendo también hombre, fue el mas hermoso de
los hijos de Dios !.
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XV ESTACIÓN DEL VIACRUCIS
“JESÚS
RESUCÍTA DE ENTRE LOS MUERTOS ”
“Señor, haz que la luz
que encendiste en nuestras almas, no se apague jamás”.
Me
sentía renovado en el amor de Dios, levantado de mi miseria y de mi perdición,
pero por confianza en mí mismo, muchas veces había estado en riesgo de volver a
caer; aún no entendía que no era por mis méritos propios, ni por mi falso
orgullo, que había sido rescatado de los brazos de la muerte y que solo Tú
Señor, eras la salvación, que fue solo por tu gracia, misericordia y amor que
resucité a la verdadera vida, la vida de Dios. La tumba está vacía, ya Tú no
estás allí, subiste ya a los cielos, pero dejaste nuestras vidas marcadas para
siempre, y nuestro compromiso ahora es resistir al mal como Tú lo resististe, y
como Tú agradaste a Tu Padre, también nosotros agradar a Dios. Tú eras el pan
vivo bajado de los Cielos y al Cielo regresaste, y nosotros también llegaremos
al Cielo rodeados de aquellos a quienes les dimos amor. ¡ Porque solo los Santos serán capaces de
cambiar al mundo !...
¡ Ya no te buscaré mas entre los muertos sino entre los vivos, ya no
estaré mas triste pensando en tu pasión; porque Tú sustituiste la muerte por la
vida y así también te hiciste insustituible en nuestro corazón; y nos amaste, y
la gente solo le cree al que ama, y vives con nosotros y eres la vida y porque
eres la vida eres el amor; y el amor no se inventa, y el amor no se imagina, el
amor solo se vive como lo viviste Tú !.
AMÉN
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