8/15/2015

PROYECTO CIMIENTO Y HORMIGÓN (Autor: Jhon Walter Montoya Sierra) Este es un proyecto de Misión Social de la Comunidad Cristiana Misioneros San Wenceslao que forma parte de los Programas “Formación para la vida en Familia”. 1. Misión: Ayudar a construir y/o a reconstruir el entorno social y familiar de los niños y jóvenes (4 a 17 años) de la zona del barrio San Cristobal Norte y alrededores (Bogotá D.C.); a través de un proyecto pastoral, apoyado por la Parroquia San Wenceslao; debido a que la problemática de crisis familiar, pandillismo, alcoholismo, drogadicción, y deterioro de valores de un porcentaje de la población infantil y juvenil es preocupante en esta zona de la Ciudad. El proyecto está basado en la AUTOCONSTRUCCIÓN INDIVIDUAL, de cada niño o joven inscrito en el programa, a partir de la Edificación en valores y principios éticos y morales dentro de su propia estructura interior. El futuro de la sociedad no descansa en la familia sino en el individuo; para edificar sociedades sanas, es necesario primero, edificar individuos sanos, cimentados en buenos valores que son los fundamentos que toda persona debe tener y proyectar sobre la sociedad a la cual pertenece. De la calidad de los individuos, depende la calidad de la sociedad que se construya, ya que una sociedad no se derrumba por inmorales tendencias grupales sino por la deficiencia moral de cada individuo en particular. 2. Visión: El proyecto está diseñado para ser auto sostenible en el tiempo, y será evaluado cada seis meses, para hacer los correctivos necesarios. Para finales del año 2017, el proyecto estará en funcionamiento, apoyado por la Parroquia San Wenceslao y además formará parte de las actividades académicas de la mayoría de los Colegios del sector, con quienes habremos iniciado un programa conjunto apoyado por cada entidad en particular. El proyecto contará a partir del año 2016 con el apoyo de las juntas de gobierno locales y con las autoridades civiles y de policía, con quienes buscaremos los convenios respectivos. El proyecto contará a partir del año 2016 con el apoyo de un grupo especializado de profesionales (Psicólogos, médicos, enfermeras, trabajo social), con quienes buscaremos los convenios respectivos. El proyecto se desarrollará a partir del año 2016 en la sede administrativa de la Comunidad, ubicada en el sector, donde funcionará los 365 días del año, para lo cual buscaremos el apoyo económico necesario. El proyecto contará a partir del segundo semestre del año 2016 con el apoyo total e incondicional de la COMUNIDAD CRISTIANA MISIONEROS SAN WENCESLAO, Comunidad con amplia experiencia en el campo de la problemática infantil y juvenil. 3. Tema– Eje ó Prioridad: Realizar en los niños y jóvenes el designio de Dios que es el llamado a la Santidad, para que lleguen a ser Imagen y Semejanza de Dios según un modelo: Jesucristo. Dentro de ellos, está la imagen de Dios. Pero ¿cuántas cosas hay que sobran, que ocultan lo que Dios hizo en ellos al crearlos y que les impide ser felices?. Dios les pregunta hoy: ¿Por qué no hablas? ¿Por qué no manifiestas la imagen mía que puse en ti?. Para tallar en ellos la imagen de Dios, tendremos que utilizar mucho cincel y martillo, y golpear fuerte sobre el material noble pero informe de su existencia a fin de modelar su propia personalidad a imagen del hombre perfecto: Jesucristo. Él es quien puede darles la respuesta plena y verdadera a sus preguntas: ¿Quién soy Yo? ¿Cuál es mi origen? ¿Para qué existo? ¿Cuál es mi destino?. La Tarea es ambiciosa y difícil pero, a la vez, es la más necesaria de sus vidas. Sin ella no serán lo que deben ser. Por el solo hecho de haber nacido o de crecer físicamente, no tienen una personalidad integralmente humana. La deben conquistar y realizar a medida que vayan modelándose a imagen de Jesús. Tendrán que hacerse a sí mismos: golpe tras golpe. 4. Base del proyecto: La base del proyecto será que se conozcan a sí mismos; aquí está la felicidad del ser, este es el arte de la felicidad. En la medida en que se conozcan a sí mismos y sepan comprender, aceptar y analizar sus virtudes y defectos, habrá más disposición en ellos para mejorar lo bueno que ya tengan y quitar de su vida aquellos defectos que no los hacen ver tan bien a los ojos de Dios y de los demás. 5. Valores a trabajar: Autonomía, autoconcepto, autocontrol, afectos(sentimientos), alegría, alianza, amor, aliento, bien, bondad, civismo, conciencia(espíritu), compasión, conversión, dimensiones(ancho-alto-profundo-largo), donación, elección, esperanza, fraternidad, fe, felicidad, futuro, gracia, gloria, honestidad, humildad, justicia, libertad, misericordia, obediencia, ofrenda, oración, orden, paz, perdón, pobreza, presencia, promesa, responsabilidad, reconciliación, redención, revelación, sabiduría, sacrificio, santidad, sensatez, solidaridad, trabajo, tristeza, unción, verdad, vida, vocación. Es decir, que tengan los mismos sentimientos de Cristo, que se identifiquen con Él. Estos valores los deben trabajar consigo mismos, con el otro, con los otros, con lo otro y con Dios. 6.Reflexiones: Se que realizar este proyecto es algo que solo con la capacidad humana es bien difícil, pero estamos seguros que Dios nos dará las capacidades para lograrlo, Decía San Agustín “El que te creó sin ti, no te salvará sin ti”, es decir que tanto la santificación como la salvación, son obras enteramente de Dios, pero también, enteramente nuestras. Hechos a imagen de Dios, somos seres inteligentes y libres, capaces de discernir lo que es bueno y lo que es malo, lo que es verdadero y lo que es falso y, capaces de construir nuestra propia personalidad según lo que Dios tenga proyectado para nosotros. La tarea de enseñar a los niños y jóvenes a realizar su vida según este proyecto, es decir, la “empresa de ser persona” es ambiciosa y difícil, pero es la más necesaria en sus vidas. Sin ella no serán realmente personas, en cuanto que por el sólo hecho de venir al mundo o de crecer y desarrollarse físicamente no quiere decir que tengan una personalidad. Esta la tendrán que conquistar y realizar progresivamente. Para lograrlo tienen que estar constantemente haciéndose a sí mismos. Este proyecto Requiere esfuerzo y sacrificio; ya que muchos de estos jóvenes son parte de una sociedad alborotada, ahogada en las cosas, de una sociedad que no descubre el valor del sacrificio o del dolor, sino que les saca el cuerpo y que protesta por su existencia. Forjar una personalidad fuerte, serena y atrayente, en medio de todo esto, tiene exigencias grandes porque, para lograrlo, no pueden contentarse con la medianía sino aspirar a lo mejor; solo serán felices en la medida de su querer y de su poder para hacer realidad lo que están llamados a ser. Para que este proyecto de vida contribuya a la construcción de su personalidad Cristiana ,comenzaremos por enseñarles a dejar de ser presa de los impulsos o acondicionamientos que les puedan causar dependencias o hacerles peores heridas; debemos ayudarles a encontrar el verdadero sentido de sus vidas, descubriendo sus valores y dejándose guiar por ellos. Los niños y jóvenes deben ser conscientes de su Ser, reconocer los valores, cualidades, potencialidades y capacidades que hay en ellos, y al mismo tiempo reconocer sus defectos, miedos, frustraciones y bloqueos ; de acuerdo a esto hemos trazado un proyecto realista, teniendo como punto de partida, su propio presente, para enseñarles a hacer uso de su autonomía, de su libertad y de su capacidad de discernimiento, que se comprometan consigo mismos para que el ideal que nos proponemos llegue a hacerse realidad; y de acuerdo a esto, cuando estén viviendo su mañana, que será entonces su presente, podrán entonces darse cuenta de que ese momento será el resultado de cómo vivan ahora su presente, que en ese entonces será su pasado. Realizaremos este proyecto enseñando la libertad, entendiendo por libertad el sentir que deben ser conscientes de que su estabilidad y su seguridad no están en nada exterior o extraño a sí mismos, sino que han entrado en un proceso de Vida nueva y de Resurrección en Cristo Jesús; que entiendan que son libres porque han decidido desprenderse de las ataduras que les causan dependencia, a saber: Deseo de tener, deseo de poder y deseo de placer; entendiendo que estos por si mismos son legítimos y buenos, pero que cuando se desordenan y van más allá de lo que Dios quiere, aprisionan su persona y los hacen esclavo de esas tendencias y pasiones; que comprendan que son libres porque han descubierto los valores que constituyen la verdadera felicidad, que son amar y ser pobres ante los ojos de Dios. El pobre del Evangelio no es el inútil que nada posee. Pobre es aquel para quien nada ni nadie está por encima del querer de Dios; es el que hace la voluntad de Dios en todos los momentos de su vida; es el que sabe que los valores de las bienaventuranzas, son los mismos que Cristo vivió y que lo llevaron a decir: “Lo que a mi Padre le agrada, es lo que yo hago siempre”. No basta con decir que busco la felicidad, lo importante es saber en qué consiste. Es fácil confundir la felicidad con el bienestar. Por eso muchas personas piensan que es en la posesión de bienes materiales donde está la felicidad, y estas solo nos dan bienestar. La felicidad no es la falta de problemas o la ausencia de dificultades; se puede ser feliz en medio de una tormenta, porque la felicidad no es algo que esté fuera de nosotros, cuando el primer lugar donde debemos encontrarla es en nuestro propio interior. La felicidad de acuerdo a Cristo tiene mucho que ver es con el vacío o plenitud de nuestras vidas en su sentido más profundo. La felicidad no se encuentra buscándonos a nosotros mismos y nuestras cosas, sino DÁNDONOS A LOS DEMÁS. La generosidad en la amistad, la ayuda al desvalido, el apoyo a los otros en los momentos difíciles es causa de felicidad para quien sabe que hay más dicha en dar que en recibir. El darnos a los demás es una de las fuentes más preciosas para una genuina felicidad. La felicidad es el resultado de un esfuerzo constante para superar los problemas mediante un trabajo intenso y continuado por largo tiempo. No se es optimista porque todo sale siempre bien, sino porque aunque las cosas salgan mal, existe la certeza de que siempre habrá personas que nos ayudan a superar las dificultades y que, al final llegará el triunfo. El Espíritu Santo de Jesús resucitado nos acompañara, en este proceso y en este proyecto, dándonos capacidad de discernimiento, sabemos que el Espíritu de Cristo resucitado actúa en nosotros, Él es quien a tomado la iniciativa de formar en nosotros un ser nuevo, aptos para formar la comunidad de creyentes. Él hará que nuestras acciones se transformen en acciones de Dios y nos permitirá actuar según el querer de Dios. Nuestro proyecto es un largo camino que debe estar iluminado con una adecuada evangelización y un buen conocimiento de la voluntad de Dios, y abarcará toda nuestra vida hasta poder decir al final, como Cristo: “Padre, todo lo he cumplido”. 7.Justificación: El futuro de la sociedad no descansa en la familia sino en el individuo; para edificar sociedades sanas es necesario primero, edificar individuos sanos, individuos cuyas bases sean buenos principios y valores éticos y morales que deben estar bien comprendidos en su corazón; valores como el amor, la bondad, la generosidad, el respeto, la responsabilidad, la honestidad, la perseverancia y la humildad son los fundamentos que toda persona debe tener y proyectar sobre la sociedad a la cual pertenece. En una ocasión, hablando con un exitoso empresario japonés, le preguntaba cual era el secreto del gran crecimiento de sus empresas, a lo que él me respondía con una reflexión sencilla, apoyada con un movimiento geométrico en forma de constructor, diciendo: “un ladrillo, dos ladrillos, tres ladrillos, una pared; Una pared, dos paredes, tres paredes, un cuarto; Un cuarto, dos cuartos, tres cuartos, un apartamento; Un apartamento, dos apartamentos, tres apartamentos, un edificio; Un edificio, dos edificios, tres edificios, una ciudad; Una ciudad, dos ciudades, tres ciudades, un país” La enseñanza es obvia, desde lo mas sencillo, desde lo mas elemental, es desde donde se construyen con cuidado y con paciencia, colectivos y realidades fuertes y sólidas; esta enseñanza particular aplicada a todas las actuaciones de mi vida, me han demostrado que este es un camino acertado. Pues bien, los grupos sociales funcionan exactamente igual, se construyen desde lo sencillo y primario que es el individuo en particular y llegan hasta lo mas grande que es la misma sociedad: “un valor, dos valores, tres valores, un buen individuo; un individuo, dos, tres individuos buenos, una buena familia; una familia, dos familias, tres familias buenas, una buena sociedad”. Por lo tanto, de la calidad de los individuos, depende la calidad de la sociedad que se construya. Jean Jacques Rousseau en su obra el contrato social sostenía que:”el hombre nace bueno y la sociedad lo corrompe” y respaldaba su punto de vista diciendo que el hombre es producto de la sociedad, pues cuando nace carece de una estructura y de un pensamiento moral o social y capta las normas sociales que tiene cada pueblo así como su manera colectiva de pensar. Según Rousseau el individuo no nace con una personalidad o moralidad, si no que las adquiere y adquiere también los modelos sociales que la sociedad le impone dejando el estado de pureza que tenia al nacer. Yo por el contrario me atrevo a afirmar que: “las sociedades nacen sanas y son los hombres los que las corrompen”, pues si bien es cierto que el individuo nace en un estado de pureza, los modelos sociales no se los impone la sociedad sino que es el individuo mismo quien se adapta o cambia esos modelos sociales ya existentes de acuerdo a su propia personalidad y moralidad. No se puede hablar de familias sanas si sus miembros son enfermos, no se puede decir que un gobierno es honesto si sus miembros son deshonestos o que una sociedad es buena si sus individuos son corrompidos; no puede haber un buen futuro social sino existe un buen presente así como no hay un buen presente social porque no fue bien edificado en el pasado. No puedo sin embargo dejar de dar la razón a los grandes pensadores sociales que sostienen que el primer agente socializador con el que el individuo tiene relación es con su propia familia que lo orienta y lo guía; esta socialización es primaria y con el pasar del tiempo el individuo se enfrenta a diferentes espacios socializadores, lo que conlleva a una socialización secundaria, es decir que es la familia primeramente la que dirige y orienta al individuo mediante la crianza, inculcándole conceptos morales o modelos sociales, desarrollando en el niño habilidades, actitudes y conocimientos, y estimulando sus habilidades cognitivas, si quiere que el niño se desarrolle correctamente en la sociedad. Recordemos por otra parte que la ilustración y el racionalismo con su revolución francesa, buscaron siempre reivindicar el concepto de “individuo” como “ser humano” que es en esencia la proclama de los derechos humanos, donde el individuo se rebeló contra los paradigmas de una sociedad en decadencia, pero que en su desespero por crear nuevas estructuras sociales adaptadas al cambio, consiguió alejarse y remediablemente de las normas morales que exige una sociedad digna y cayó en un materialismo desordenado y mal sano. En sus tratados de filosofía el doctor Jaime Barrera Morales, sostenía ya el concepto claro de que la verdadera “célula” de la sociedad es el individuo y que a este debe dirigirse todos los enfoques sociales, políticos y hasta religiosos, desarrollando un “proyecto social” que permita la reestructuración de los modelos sociales vigentes, para buscar “modelos de convivencia” pacíficos y que tengan en cuenta la individualidad que solo la otorga la “conciencia personal” que a su vez solo puede ser fruto del “conocimiento” que es en ultimas el objetivo de esta acción; traducido de forma más sencilla significa que sólo si el individuo adquiere una conciencia pacifica, podrá entonces encajar en la sociedad, pero desafortunadamente no es así, y mejor no pudo definirlo el Doctor Luther King cuando dijo que: “ hemos aprendido a volar en el aire como pájaros y a nadar en el mar como peces, pero no hemos aprendido el simple arte de vivir juntos como hermanos”. Un individuo carente de valores, difícilmente podrá cambiar la sociedad y aunque los valores no se adquieren para siempre y aunque se pueda recordar su significado, su vivencia en cambio es una decisión personal de cada individuo en cada momento de su vida; todos podemos saber por ejemplo, que significan la generosidad y la responsabilidad pero lo difícil es actuar con ellas, por eso el proceso” exige llegar a una verdadera comprensión de estos conceptos pero desde el corazón”; no hay personas honestas o responsables, sino personas que actúan con honestidad y con responsabilidad, algunas veces o muchas veces pero irremediablemente no existen seres humanos que puedan actuar siempre con valores, porque somos seres volubles y de ahí la importancia de no juzgar, no cuestionar, no reprochar y no culpar, eso se llama tolerancia que por cierto es una virtud bien difícil de adquirir. Que lindo es evocar la piedad y la moral pura y sencilla de los primeros discípulos de Cristo, que apreciaban los principios de verdad mas que sus casas y sus tierras, mas que sus amigos y parientes, y mas que la vida misma, y construían sociedades basadas en el respeto y en el amor, tratando ansiosamente de inculcar estos principios en los corazones de los jóvenes y de los niños, quienes desde su más tierna edad, recibían instrucción sobre las normas cristianas y se les enseñaba a considerar sagrados los requerimientos del amor a Dios y a los hermanos. Los niños aprendían a ser agradecidos con Dios y se les enseñaba a llevar responsabilidades, a hablar con prudencia y a apreciar el valor del silencio, mientras que a los jóvenes se les enseñaba que todas las facultades humanas pertenecían a Dios y que todas debían ser aprovechadas y desarrolladas para servirle a Él y a sus hermanos. Pero el individuo se alejó de estas normas de amor comunitario y retó a Dios y odió al hermano, y cuando el hombre traspasa los limites de la paciencia divina, ya no cuenta con aquella protección que lo libraba del mal. Dios no asume nunca para con el pecador, la actitud del verdugo que ejecuta la sentencia contra la agresión, sino que abandona a su propia suerte a los que rechazan su misericordia, y una sociedad abandonada por Dios es una sociedad que inevitablemente se conduce a su propio fracaso, recogiendo así, los frutos de lo que sembraron sus propias manos, pues todo rayo de luz que se desprecia, toda admonición que se desoye y rechaza, toda pasión malsana que se abriga, toda transgresión de la ley de Dios, son semillas que darán infaliblemente su cosecha. Cuando se le resiste tenazmente, el Espíritu de Dios concluye por apartarse del pecador, y este queda sin fuerzas para dominar las malas pasiones de su alma, y sin protección alguna contra la malicia y la perfidia del mal. De tal manera que si queremos una sociedad más justa e igualitaria, donde puedan descansar nuestros hijos y nuestros sueños, indiscutiblemente deberemos construir individuos sobre la base de las buenas costumbres y de los buenos principios éticos y morales a ejemplo de nuestros primeros hermanos que por encima de todo y aún a costa de sus propias vidas, defendían la dignidad, la fe, la caridad y el bien común con un coraje y una valentía propia de las almas nobles, y de los corazones justos; y así como afirmó Dimnet: que “La felicidad de mucha gente no se arruina por grandes catástrofes o errores fatales, sino por la repetición de pequeñas conductas destructivas”, así mismo yo afirmo sin temor a equivocarme que la sociedad no se arruina por inmorales tendencias grupales sino por la decadencia moral de cada individuo en particular. 8.Planteamiento del problema: La crisis por ausencia de valores y falta de comunicación que hoy en día viven las familias, se debe a una incompatibilidad entre el proyecto humano y el plan de Dios, sobre esa comunidad familiar. Es contraproducente ver y observar como mientras parte de la sociedad y la iglesia en general, hablan de las virtudes que debe tener una buena familia, llamándola incluso la base de la sociedad, es la familia misma la causante de la ausencia de virtudes en todos o en algunos de sus miembros, debido al alejamiento que ejercen sobre las buenas costumbres y al desprecio sobre los principios éticos y morales, que antes unían como una columna vertebral a los miembros de las familias y de la sociedad. Hace 30 o 40 años era un caso excepcional, conocer un niño de padres separados, y a ese niño, toda la sociedad lo quería ayudar, hoy en día según las encuestas, el 80 por ciento de los niños y jóvenes cuentan que sus padres, ó son separados ó tienen conflictos constantes que afectan la estabilidad de su hogar. ¬¬ ¿Que ha pasado entonces en los últimos años?, ¿ se ha perdido quizás el concepto de unión familiar, ó se ha cambiado este concepto, por el falso argumento de buscar la propia felicidad?. La respuesta a esta ultima inquietud es obvia la familia y la sociedad han alejado a Dios de su lado, dando paso al uso desordenado del tiempo y de su propia libertad, olvidando que una familia cristiana, es una comunión de personas que debe reflejar la comunión que existe en Dios, entre el Padre, El Hijo y el espíritu Santo; el enunciado no puede ser más claro: “ una familia es una comunidad de fe, esperanza y caridad, y por eso la podemos llamar Iglesia domestica”. ¿Es posible entonces, reconstruir la sociedad, sobre la base de la reincorporación de los principios Cristianos a la vida familiar?, o tendremos que seguir asistiendo, al triste espectáculo de ver como nuestra sociedad alejada de Dios, irremediablemente se desmorona y se autodestruye, consumida por una crisis de valores y por una ausencia de ética y moral en sus individuos y en las familias que la determinan. La incompatibilidad de las realidades entre los proyectos humanos y el plan de Dios sobre la sociedad, debe ser resuelto con la participación consiente de toda la sociedad en general y de cada individuo en particular, creando una campaña de recuperación de valores perdidos, en la cual deben participar directa y concretamente, todos los grupos sociales, el Estado, los medios de comunicación, la Iglesia, los colegios y universidades, las familias, y todos los individuos que integran la sociedad. Diariamente vemos los esfuerzos de los medios de comunicación y del gobierno, por lanzar agresivas campañas cuyo fin solo es económico y/o político, donde proponen y plantean soluciones prácticas a temas como la violencia, la pobreza, la corrupción, y en no pocas ocasiones a banalidades como la malsana diversión, el sexo, los vicios y el amor a las cosas materiales, pero de valores y de principios Cristianos poco o nada se habla; entristece en medio de todo este panorama, la ausencia casi total de la Iglesia de Cristo, en los medios masivos de comunicación, y los pocos esfuerzos hechos al respecto, los realizan individuos particulares sin apoyo y sin mucho resultado, es algo así como golondrinas solitarias tratando de hacer verano. El tema de la familia Cristiana como Iglesia doméstica, es fundamental para superar esta crisis, pues es el mismo alejamiento que las familias han hecho frente a todo lo que tenga que ver con Dios, lo que ha debilitado las estructuras sobre las que deben estar construidas dichas familias y por consiguiente, la sociedad entera. Las cifras hablan por si solas: 3 de cada 100 niños, mueren por violencia, hambre o descuido; 30 de cada 100 niños son violentados en sus hogares; 23 de cada 100 niñas menores de 16 años han estado o están embarazadas; 70 de cada 100 niños menores de 18 años fuman o ingieren alcohol; 80 de cada 100 jóvenes menores de 18 años ya han tenido relaciones sexuales; y eso sin contar cuantos están consumiendo alucinógenos, o pertenecen a pandillas o a sectas o a grupos que hacen o pretenden hacer daño a la sociedad. En cuanto a las mujeres, las cifras no se quedan atrás: un promedio de 8000 mujeres son asesinadas al año en Colombia; 22 de cada 100 han sido agredidas sexualmente; 13 de cada 100 son ultrajadas por sus propios compañeros; además del triste espectáculo que se ve y se oye a diario en los medios de comunicación, donde la mujer prácticamente es presentada como un simple instrumento sexual, con la no más triste aprobación y participación de muchas de ellas, en estas vulgares campañas. El panorama en general es desolador: Ancianos e indigentes abandonados muriendo en las calles; niños explotados y pidiendo limosna en los semáforos y puentes; niños involucrados en la guerra y peores formas de trabajo infantil; Tabernas y prostíbulos llenos e Iglesias vacías; vulgaridad a diestra y siniestra; asesinatos, robos, maldades de toda índole; traiciones, adulterio y fornicación, vicios de todo tipo; inmisericordia y ausencia total de amor en muchos corazones; parecemos como una sociedad abandonada por Dios (o que hemos abandonado a Dios), y que se conduce inevitablemente a su propio fracaso. Solamente abandonando el camino del mal y construyendo valores y principios Cristianos como el amor, la bondad, la generosidad, el respeto, la responsabilidad, la honestidad, la perseverancia y la humildad, podremos fortalecer nuestras familias, para que puedan protegerse contra esa fuerza de mal tan grande que embiste hoy a nuestra sociedad. Nuestro Señor es claro en su Palabra: “ ….Cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y embistieron contra aquella casa, pero ella no cayó, porque estaba cimentada sobre la roca (Mat.7,25) 9.Hipotesis: Las causas de la crisis familiar son variadas, y provienen de realidades individuales, es decir del mal proceder y de la mala actitud que los individuos asumen frente al tema de sembrar y cultivar buenos valores que mantengan la unidad familiar. Algunas de las más importantes son: Familias preocupadas por el exceso de ocupaciones (ocupadas y preocupadas): Son familias sin tiempo, antes había menos prisa, todos iban más despacio, hoy en día las familias y los jóvenes tienen más afán, la vida se volvió más rápida, ya no hay tiempo para reunirse en familia, ese mundo rápido no nos da tiempo para dialogar, ni para conocernos ni para querernos, hoy en día se ven Padres sin tiempo para sus hijos, hay más dinero pero menos hogares. Individualismo y no familia: Las familias son lazos que nos unen, una familia debe ser un grupo de individuos, todos unidos, compartiendo ideales y sueños . Hoy cada cual tira para su lado, solo se escucha: “ Mi….mi….mi….”, pero casi no existe el “nuestro…nuestro….nuestro…”; por otra parte: “Yo tengo derecho a…a…a…” pero no “Yo tengo el deber de…de…de…”; esto separa las familias, pues una familia no “soy yo” sino que “somos nosotros”. Desconcierto de valores: Las familias sufren por el desconcierto actual de valores, anteriormente casi todas las Familias actuaban igual, tenían y defendían los mismos valores, a los Padres se les obedecía y no se les podía levantar la voz , los niños aprendían los valores en casa, aprendían a no robar, a respetar, a trabajar, a tratar bien a las mujeres, a amar a la patria, y a entender que por encima de todo, estaba Dios. El peor “problema” que hoy tienen los muchachos se llaman “Papás”, pues son papás que les alcahuetean y les enseñan antivalores; cual es el mensaje que les estamos dando a los niños y a los jóvenes de hoy, cuando con los ejemplos les enseñamos lo contrario, es por eso que los jóvenes no nos creen y tienen toda la razón. La familia, la gran productora de valores, está desprogramada, los jóvenes están confundidos, que hacer si unos padres enseñan unas cosas y otros padres enseñan lo contrario, y el joven entonces se pregunta: ¿Quién tiene la razón?. Familias que han cambiado el amor por la comodidad: Para educar bien a un niño, se necesita fundamentalmente lo siguiente: La comida necesaria, vestido necesario sin lujos, estudio, mucho amor, y alguien en quien creer para que no se rompa en los momentos difíciles, todo lo demás, o sobra, o es inútil o es innecesario. Amarse y creer en algo, esto es lo más importante, es lo único que nos queda cuando no queda nada, solo se necesita el amor que tenemos y la fe que contenemos, todo lo demás sobra. Las uniones libres y de hecho: La ausencia de vínculos sacramentales es fruto de la ignorancia, de la inmadurez y de la inexperiencia, pero también es rechazo hacia todo lo institucional; esta situación falsifica la alianza matrimonial y debilita el amor en la pareja y hacia los hijos; este tipo de parejas necesitan ayuda social y evangelización. El matrimonio Civil: Muchos católicos prefieren hoy en día solo la unión civil, por motivos ideológicos y prácticos, situación que desde el punto de vista cristiano es inaceptable, pues estos esposos renuncian así a las riquezas espirituales del matrimonio cristiano, pues viven en oposición al plan de Cristo sobre el matrimonio. Es preciso ayudar a estas personas a clarificar su fe y a superar su indiferencia religiosa, llevándolas a vivir con coherencia, su opción cristiana. Unión familiar falsificada: La unión familiar es falsificada o deteriorada por la separación, el divorcio, el adulterio y la poligamia; fenómenos todos, que contradicen el plan de Dios sobre el matrimonio y la dignidad de las personas, y constituyen graves faltas al compromiso matrimonial celebrado ante Dios. La actitud “machista” : Un hombre machista, ofende la dignidad de la esposa y de los hijos, pues su actitud es autoritaria e irresponsable. El machista arbitrario se considera el dueño absoluto de la voluntad de su esposa y de sus hijos y los trata no como personas sino como objetos que le pertenecen y sobre los cuales puede disponer a su capricho, pues según el, todos son sus servidores que le deben obediencia sin reservas. La actitud “feminista” Una mujer, esposa o madre feminista, es autoritaria, agresiva y posesiva, abusa de su superioridad y de su mismo amor maternal, para aislar al esposo del amor de sus hijos; defiende a veces justos derechos pero de manera equivocada y resentida. Padres irresponsables: Una conducta irresponsable surge de una paternidad deficiente, del descuido material y de la mala educación de sus hijos. Los padres son irresponsables cuando no tratan a los hijos con el mismo amor, protección, posibilidad de vida y de educación; cuando acuden al aborto o a la procreación por fuera del matrimonio; cuando descuidan su formación integral, humana, intelectual y religiosa; cuando obstaculizan el futuro de sus hijos imponiéndoles profesiones o elección libre del estado de vida o vocación; cuando abusan de su autoridad, atemorizando e imponiendo a sus hijos disciplinas rigurosas que provocan rebeldías, traumas, resentimientos y huidas del hogar; cuando no tienen autoridad y ceden ante los caprichos de los hijos, no corrigiéndolos por miedo; cuando son anti testimonio y dan malos ejemplos como esposos, padres, profesionales, ciudadanos y cristianos. Hijos irresponsables: Los hijos son irresponsables cuando por falta de amor, respeto y obediencia, maltratan a sus padres, causándoles tristeza con su pereza y con su ingratitud; cuando maltratan a sus padres, los injurian, abandonan y desprecian; cuando los critican amargamente y se avergüenzan de ellos; cuando los deshonran, los golpean y los sacan de sus casas; cuando no aceptan sus consejos y correcciones por su rebeldía; cuando no los socorren y se desobligan de ellos; cuando existe odio entre los hermanos, riñas y/o violencias físicas o verbales. Los padres de familia deben ser los sacerdotes consagrados de su hogar, que transmitan a sus hijos la palabra de Dios con su ejemplo y su palabra (ministerio profético); deben ser instrumentos de gracia y de santificación para sus hijos, mediante la oración constante, el amor paciente, la comprensión y la corrección serena y firme (ministerio sacerdotal); y deben guiar a sus hijos en el camino de la vida cristiana, a través de su testimonio en el mundo, de su entrega en el servicio a los demás y del compromiso evangelizador, de manera que sean introducidos plenamente en la experiencia de Cristo y de la Iglesia ( Ministerio pastoral). 10.Objetivo general: Iniciar un proyecto a nivel de medios, que logre captar la atención de la sociedad, en lo referente al cultivo de valores en nuestras familias y en nuestros hijos, que conlleve a una buena reacción individual y colectiva como preámbulo para una reestructuración de los principios éticos y morales que hoy en día descalifican cristianamente a nuestra sociedad. 11.Objetivos particulares: -Llevar una posible solución a la problemática de la desorientación juvenil. -Formar una conciencia en los jóvenes y adolescentes, de vivir su vida correctamente, fundamentada en la búsqueda constante de buenos valores. -Enseñar a los niños, adolescentes y jóvenes, la propia manera de autoconstruirse y de tener identidad propia no un conjunto de los trozos de cada persona, pues esas partes nunca serán un YO. -Concientizar a toda la sociedad en general y a las familias en particular, que si la armonía familiar se debilita, la sociedad también lo hará. -Orientar a las familias en la búsqueda de soluciones definitivas al problema. -Iniciar con algunos de los niños y jóvenes un programa de resocialización familiar, basado en la búsqueda de los valores perdidos. -Estimular a los individuos que conforman las familias objetivo, para que busquen con gratuidad la fe, como camino seguro para evangelizar a sus hijos y a sus familias. -Recomendar a estas familias, la búsqueda de ayuda profesional en otras instituciones no familiares, que estén interesadas en el tema. 12.Marco teórico: Mucha teoría se ha escrito al respecto, pero en particular quiero referir el resumen de un texto actual que trata con mucho interés el tema en cuestión: Carta de Benedicto XVI a los Obispos de la India: “Familias en vuestras diócesis, que son iglesias domesticas, son ejemplos del amor mutuo; respeto y apoyo que debe animar las relaciones humanas en todos sus niveles. En la medida en que estos no descuiden la oración, mediten las escrituras y participen plenamente en la vida sacramental de la Iglesia, ayudarán a alimentar este amor incondicional entre ellos y en la vida de sus parroquias, y serán fuente de un gran bien para la comunidad en general. Muchos de vosotros de los que habéis hablado, habéis mencionado los grandes retos que amenazan con minar la unidad, la armonía y la santidad de la familia, y el trabajo que debe hacerse para construir una cultura de respeto al matrimonio y a la vida familiar. Una catequesis profunda que invite, especialmente a aquellos que se preparan para el matrimonio, alimentará en gran medida la fe de las familias cristianas y los asistirá para que puedan dar un testimonio vivo y vibrante de la sabiduría ancestral de la iglesia con respecto al matrimonio, la familia y el uso responsable del don de Dios que es la sexualidad. 13.Marco teológico: “Jesús les dijo: -¿no han leído nunca en la escritura: la piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular; es el Señor quien lo ha hecho y nos parece un milagro? (Mat.21,42) “Les voy a explicar a quién se parece el que acude a mí, escucha mis palabras y las pone en práctica. Se parece a uno que iba a construir una casa: cavó y ahondó y colocó un cimiento sobre la roca. Vino una crecida, el caudal se precipitó contra la casa, pero no pudo sacudirla porque estaba bien construida. En cambio el que escucha y no las pone en práctica se parece a uno que construyó la casa sobre la arena, sin cimiento. Se precipitó el caudal y la casa se derrumbó. Y fue una ruina colosal.” (Luc.6, 46-49) 14.Conclusiones: La familia cristiana misionera está llamada a la oración, a orar juntos a Dios, quien ha creado a la familia, si una familia permanece unida, los miembros de esa familia se ayudaran mutuamente y vivirán como auténticos cristianos. Platicando con Dios en todo momento en familia, se va a fortalecer la unión y el amor que existe entre los miembros familiares y se respetaran mutuamente además de que se vivirá continuamente como Dios lo ha planeado. Es muy bueno que todos los días en familia, se lea la palabra de Dios; si Dios está presente en las conversaciones, el comportamiento de los miembros de la familia será el reflejo del amor de Dios; si únicamente se habla de futbol, chismes o envidias….el comportamiento de la familia será de la misma manera. La familia cristiana es privilegiada entre las demás, ya que es llamada por Dios a ser en donde esté, la educadora en valores cristianos como el amor, la ayuda mutua, el servicio a los demás y sobre todo a seguir a Cristo como lo hicieron sus apóstoles. Cuando Dios habita en una familia, la felicidad abunda en todos sus miembros. ¡ Que hermoso es encontrar familias que viven ese amor por los demás ¡ ¡ que felicidad se ve en los rostros de aquellos que aman a Dios !. BIBLIOGRAFIA -Renaciendo en valores; Beatriz Vásquez Gómez. -La familia cristiana, iglesia domestica; ( mscperublog.blogspot.com/) -pontificio consejo para la familia; (es.catholic.net/familiayvida/154/295) -La familia como Iglesia domestica; Agustin Fabra; (www.emagister.com) -Familias y valores; conferencia, Pd. Juan Jaime Escobar. -Catecismo de la Iglesia Católica, Bogotá, Ed. San Pablo, 2007 -Sagrada Biblia; Dios habla hoy -Carta a los Obispos de la India; Benedicto XVI -El conflicto de los siglos. Ellen G. White. -Sagrada Biblia. Dios habla hoy. -El Contrato social. Jean Jacques Rousseau.

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